
Los paseos en burro son una atracción turística muy popular en la isla griega de Santorini. Los viajeros disfrutan explorando las calles de los pueblos antiguos desde el lomo de un burro, evitando así las tediosas subidas y bajadas de caminar. Sin embargo, los animales sufren a causa de los jinetes demasiado pesados: las sillas de montar ejercen mucha presión sobre el lomo de los burros, provocándoles terribles heridas en la piel y dañando sus columnas vertebrales.
Ante la presión de los activistas por los derechos de los animales, el Ministerio de Agricultura y Alimentación griego ha prohibido a los turistas con sobrepeso montar en burro en la isla de Santorini. Ahora, solo se permitirá montar en burro a las personas que pesen menos de 100 kilogramos.
Según informa el Daily Mail, los activistas por los derechos de los animales han observado que el turista promedio que visita Santorini aumenta de peso de forma constante. Los burros se ven obligados a cargar pesos cada vez mayores, trabajando a diario en malas condiciones, sin descanso ni agua. Cuando un animal ya no puede trabajar, es sacrificado. La decisión del gobierno griego de limitar el peso de los turistas que pueden montar en burro fue el primer paso para salvar a estos animales. La segunda medida exigió a los dueños de burros que vigilaran el bienestar de sus animales, los alimentaran e hidrataran adecuadamente y curaran sus heridas con prontitud.
Debido al terreno montañoso de Santorini, los burros se utilizan no solo como taxis en zonas inaccesibles para los coches, sino también para el transporte de diversas mercancías. Los activistas por los derechos de los animales pretenden mejorar la situación de estos animales mediante la sensibilización de los medios de comunicación y la opinión pública.
Fuente: viajar.ru