Durante los últimos años, mucha gente ha asociado las fiestas de Año Nuevo con viajes a Europa, Asia y América. Pero en un momento dado, todo cambió drásticamente. Petróleo, dólar, euro... Así que decidimos que no había mejor momento para conocer nuestras tierras natales.
Dicen que, durante su apogeo, Pskov pudo competir con las mayores capitales de Europa en su desarrollo. En muchos sentidos, la prosperidad económica de la ciudad se vio facilitada por su ventajosa ubicación geográfica. Sin embargo, tras abrirse a Europa, comenzó en Pskov una crisis económica local, por así decirlo.
Siendo sincero, al principio costaba creer que hubiera competencia con las capitales. Sin embargo, al recorrer la ciudad a lo largo de la muralla, esta afirmación deja de parecer fantástica: la longitud de las murallas y el tamaño de la ciudad que protegían son impresionantes.
La riqueza ciertamente ha disminuido desde entonces. En el Kremlin, por ejemplo, solo quedan los cimientos de varias docenas de iglesias y otros edificios.
Y a pesar de que las obras de restauración aún están en curso, las antigüedades causan una impresión muy agradable. Los elegantes malecones, los acogedores restaurantes y los diversos miradores a orillas del Velikaya contribuyen a disfrutarlas.
Cabe destacar las coloridas iglesias de Pskov, algunas de las más antiguas de Rusia, por cierto.
Al final, la ciudad me dejó una impresión muy agradable: una enorme y pintoresca fortaleza, un centro impecable con mansiones y excelentes restaurantes a precios muy razonables para los estándares moscovitas. Me gustaría venir aquí en verano.
PD
¡Guau! Alguien decidió hacer Pskov aún más atractiva colocando belleza en su tienda en lugar de un cartel aburrido.
Fuente: viajar.ru