Consejos para turistas

San Diego soleado. Isla Coronado, Monte Soledad, Seaport Village

Continuamos nuestro paseo por el increíble y colorido San Diego. Tras la colorida extensión del casco antiguo, anhelábamos soledad y tranquilidad. Nos dirigimos a la Isla Coronado para ver el atardecer.


Coronado es en realidad una península conectada al continente por una estrecha franja de tierra, ubicada justo enfrente de la bahía de San Diego. La forma más fácil de llegar a Coronado desde el centro es a través del Puente de Coronado. Conectando el centro comercial con la lujosa ciudad turística, el puente es un punto de referencia local. Cruzarlo es imprescindible, especialmente para quienes disfrutan de las vistas panorámicas. La vista que se despliega ante los pasajeros no dejará indiferente a nadie: el mar azul contrasta con el cielo azul claro, y entre ambos se extiende una franja de acero de rascacielos.


La isla en sí, que es esencialmente una ciudad separada, tiene una atmósfera distinta, distinta del continente y, en mi opinión, es una mezcla del espíritu libre californiano y la formalidad refinada del Viejo Mundo.


La tarjeta de presentación de la isla es el famoso e histórico Hotel Del Coronado.


Los terrenos del hotel están llenos de una variedad de restaurantes, algunos de los cuales cuentan con impresionantes vistas al océano.


Después de explorar el hotel, regresamos al agua por la amplia playa.


Allí, con la música del océano, vimos una larga puesta de sol naranja... qué maravilloso es cuando el sol no desaparece inmediatamente en el horizonte, sino que te da tiempo para apreciar la magia del momento.


Pasamos la mañana siguiente en la playa de La Jolla y luego nos detuvimos para contemplar San Diego y sus alrededores desde arriba. El mirador se encuentra en una de las verdes colinas de California, el Monte Soledad.


Dicen que el mejor momento para llegar a la cima es al atardecer, pero llegamos al mediodía. Dispersas por todas partes se ven casas americanas de una sola planta, inmersas en una exuberante vegetación, y más allá, la vista se extiende hasta el océano ultramar. En resumen, mires donde mires, el panorama es muy relajante…


Después de un breve descanso nos dirigimos al centro de la ciudad.


Caminamos por el barrio italiano, hay cafés callejeros a lo largo de la calle, ¡mi debilidad europea!


La siguiente parada fue Seaport Village.


De hecho, es un parque urbano, cómodamente ubicado a lo largo de la bahía.


Tiendas de souvenirs, restaurantes de pescado, artistas callejeros… ¡Aquí reina un ambiente festivo!


En algún lugar más adelante, se alzaba el puente Coronado, barcos y yates blancos como la nieve cruzaban la bahía y las cometas se posaban en el cielo.


Seaport Village, por supuesto, se encuentra justo al lado del Puerto de San Diego. Los aficionados a las diversas embarcaciones marítimas sin duda lo encontrarán interesante. El museo más visitado es el portaaviones USS Midway, una ciudad flotante independiente de increíble tamaño. Sorprendentemente, se puede subir, observar y tocar todo, ¡incluso los aviones!


En los tres días que pasamos en San Diego sólo pudimos ver los lugares más turísticos, y aún así, no todos... ¡pero estábamos completamente cargados de espíritu soleado!


Gracias por caminar conmigo:)

Fuente: viajar.ru

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