
Las autoridades filipinas pretenden restaurar dos complejos turísticos más populares que sufren problemas ambientales. Sin embargo, no tienen previsto cerrarlos al turismo, como hizo Boracay, según el Manila Bulletin.
Una comisión especial inspeccionó dos joyas turísticas Filipinas —los centros turísticos de El Nido y Panglao— han tenido un impacto desastroso. El turismo de masas ha provocado la creación de numerosos vertederos. Además, la costa ha cambiado y el agua cerca de la orilla está muy contaminada. En particular, en la playa de Alona en Panglao, los niveles de E. coli en el agua y la arena son varias veces superiores a lo normal.
Tras la inspección, el gobierno filipino decidió emprender una rehabilitación a gran escala de los complejos turísticos. Las autoridades decidieron no cerrarlos al turismo, como ocurrió anteriormente con Boracay. Las obras de restauración no interferirán con las vacaciones. Se tomarán las medidas más estrictas contra las empresas que infrinjan las leyes ambientales.
Como recordatorio, en abril, el gobierno cerró Boracay al turismo durante seis meses para permitir la rehabilitación ambiental. Durante este tiempo, se modernizó por completo el sistema de alcantarillado de la isla.
El cierre temporal se impuso después de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, calificara la isla de cloaca. Como resultado, Boracay solo recibió a sus primeros turistas en octubre. La isla ahora tiene menos habitaciones de hotel, y los casinos y las tiendas de recuerdos han desaparecido de las playas.
Fuente: noticias.turizm.ru