Si coges el tren en Brujas, llegarás a Ostende en 15 minutos.
Y después de las calles estrechas, los canales y las multitudes, Ostende parece un mundo completamente diferente. Aquí se extienden grandes extensiones del Mar del Norte, y la amplia franja de marea baja parece completamente extraña.
Ostende es la ciudad belga más grande en el Mar del Norte y un centro turístico mundialmente famoso en Flandes Occidental. Es la terminal de la línea ferroviaria estatal Bruselas-Gante-Ostende. El idioma oficial es el holandés.
Algunas personas nadan aquí, otras simplemente pasean, pero yo vine aquí para ver la puesta de sol.
Eric-Emmanuel Schmitt tiene un cuento llamado "El soñador de Ostende". Lo leí después de regresar, pero aún así dejaré algunas citas aquí.
Siempre he soñado con ir a Ostende.
Cuando viajo, me atraen más los nombres de los lugares que los lugares en sí. Estas palabras resuenan en mis oídos como una alarma lejana y resonante, cuyos sonidos, suspendidos sobre los campanarios, se extienden a miles de kilómetros y dan origen a imágenes asombrosas en el alma. Eric-Emmanuel Schmitt "El soñador de Ostende".
Lo primero que veo al salir de la estación es el hashtag oficial. Y a este lugar le sienta muy bien=)
Miro la ciudad y lo primero que veo es ¡un festival! Flandes es verdaderamente una tierra de festivales, los hay siempre y en todas partes.
Y casas alegres en la plaza, así como gente no menos alegre.
Hacia dónde miran:
Pero mi objetivo es encontrar el atardecer, por lo que me dirijo deliberadamente hacia el mar.
Y aquí está
El nombre de la ciudad está relacionado con el hecho de que originalmente estaba situada en el borde oriental (en holandés: oost) (en holandés: einde) de la isla de Testerep, que más tarde se fusionó con el continente debido al descenso del nivel del Mar del Norte.
La arena es muy pegajosa durante la marea baja.
Y crea paisajes extraterrestres
Durante muchas horas deambulé por Ostende, intentando adentrarme en el centro de la ciudad en no más de veinte minutos, y volviendo invariablemente al bulevar costero o a la presa, como una gaviota atraída por el aire salado del océano. Eric-Emmanuel Schmitt "El soñador de Ostende".
Bañistas:
Fuente: viajar.ru